Se retrocede con seguridad,
pero se avanza a tientas:
uno adelanta manos como un ciego
-ciego imprudente por añadidura-,
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia,
los rostros insepultos, la ceniza
la sonrisa del necio, las afrentas
un barrunto de pena en el espejo,
la baranda oxidada con sus pájaros,
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre.
Se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos,
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias.
Se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas, hasta que una noche,
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas, otra vez y para siempre,
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.
Entiendo perfectamente a Benedetti, pero me es imposible comprender otras posturas, quizás por eso me refugie en este blog fantasma de ahora en adelante.
Me gusta la idea de blog fantasma. Se da bien la mano con la de "encerrados interiores" o la de "almas en pena". A no olvidar que los fantasmas tienen dos ventajas: la de poder atormentar a aquellos que les molestan y la de resultar inaccesibles a los simples mortales. Seguiremos pensando en silencio. Como siempre.
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