Publicado en Eso de la Eso
PERLA 1:
"La Presidenta de la Comunidad de Madrid ha manifestdo que las medidas que se han adoptado no suponen recortes en la educación pública".
Así pues, los 8 profesores menos en mi centro no son un recorte.
La imposibilidad de tener abierta la biblioteca para atender el préstamo a los alumnos no es un recorte.
La supresión de desdobles, refuerzos y laboratorios no es un recorte.
El aumento de la ratio en las aulas (hasta 38 en Bachillerato) no es un recorte.
La reducción del número de orientadores por centro no es un recorte.
La supresión de las aulas de enlace no es un recorte.
La no contratación de miles de interinos no es un recorte.
La atribución de afines imposibles a algunos docentes no es un recorte.
La falta de huecos en mi horario para atender a los padres y alumnos de mi tutoría no es un recorte.
El intento de suprimir las tutorías y la decisión de dejarlas al libre albedrío de los centros no es un recorte.
Gracias por informarnos de todo esto: me tranquiliza muchísimo saber que el problema lo tengo yo, que vivo en una dimensión paralela cual personaje de Matrix.
PERLA 2:
"La nueva distribución del horario de los profesores implica una mayor dedicación a la atención directa de los alumnos, lo que permitirá que se sigan atendiendo este curso escolar tanto las necesidades de los alumnos como de los centros"
Así pues, al dedicar más horas a dar clase damos más "atención directa" a los alumnos. Este dato demuestra un desconocimiento profundo y preocupante de la realidad educativa, pues en mi caso, por ejemplo, que doy 21 horas lectivas, el sumar horas de "clase directa" me impiden otras formas de "atención directa" e "indirecta" como:
- atender a los padres de mi tutoría: solo se me conceden 50 minutos semanales, de modo que necesito 30 semanas para escucharles, como mucho, 40 minutos a todos,
- atender a los alumnos de forma individualizada: no hay un solo hueco en mi horario para ello,
- controlar la asistencia y los partes de disciplina de mi tutoría,
- reunirme con alumnos que no sean de mi tutoría y que tengan problemas con mi materia: tampoco hay hora alguna para ello (sobre todo porque al sumar horas de clase sumamos grupos de alumnos, de modo que cada vez podemos personalizarles menos),
- coordinar la revista escolar: tengo que hacerlo en los recreos y resulta del todo insuficiente, así que acabo haciéndolo los domingos desde casa,
- coordinar y dirigir el grupo de teatro escolar: tarea que hago fuera de mi horario -de modo no remunerado- y que este año se complica porque necesito esas horas para preparar clases y corregir exámenes y actividades, ya que mi horario no contempla tampoco tiempo para eso.
En definitiva, dar más horas de clase solo supone que se aumentan... las horas de clase. Y los grupos de alumnos por profesor. Y los alumnos por grupo gracias al recorte de docentes. Pero, además de este evidente deterioro cuantitativo y cualitativo que se deduce del círculo vicioso anterior, no aumenta, en modo alguno, la "atención directa a los alumnos y al centro", al revés, la dificulta, la perjudica, dejándolo todo en manos de un voluntarismo que, sinceramente, este curso empieza a ser casi masoquista.
Gracias a la Consejería madrileña por conseguir que con medidas y cartas así, quienes trabajamos muchas horas de más en la enseñanza -y somos muchos los que pertenecemos a este grupo de "pánfilos"- nos sintamos cada vez menos motivados a hacerlo. Por fortuna, ellos no cuentan con que no somos tan mezquinos como quienes toman estas decisiones y a nosotros SÍ que nos importan los alumnos. Así que, ni siquiera este curso, conseguirán que nos rindamos. Seguiremos luchando contra sus medidas. Contra su destrozo de toda educación que no sea privada o concertada. Y a favor, siempre, de la escuela pública. Y, sobre todo, de nuestros alumnos, para darles la "atención directa" que realmente merecen y de la que nuestra Comunidad les priva.
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