Señor director: Soy profesor de la enseñanza pública en Madrid y hoy, de nuevo, he hecho uso de mi derecho constitucional a la huelga. No he asistido al instituto y me he quedado en casa, trabajando, corrigiendo ejercicios de mis alumnos (nuestro capital humano más importante y el motivo fundamental de nuestras reivindicaciones), textos expositivos y comentarios sobre la rebeldía y la soledad de los autores románticos, tan actuales en estos tiempos.
Leo también a Tony Judt, un pensador que agita mi conciencia y me recuerda cuánto queda por hacer. Esta tarde iré, de nuevo, a una concentración frente a la Consejería de Educación, en protesta por los recortes educativos.
Gritaré contra la política de Aguirre y Figar, dirigentes empeñadas en vender lo público y convertir el librepensamiento en una sucursal devaluada de su rancio neoliberalismo, luciré mi sudadera con el peligroso lema "Escuela pública de tod@s para tod@s", símbolo, al parecer, de carácer político (¿ por qué los profesionales de esta casta se arrogan el uso y la semántica del término?) y merced al cual varios compañeros han recibido citaciones de no sé qué junta electoral.
Expresaré todo lo que mi sentido del deber y de la responsabilidad han ido conformando como rasgo de mi personalidad a lo largo de este medio siglo (soy profesor veterano), ideas que constituyen mi armazón moral y a las que ( lo siento) no voy a renunciar.
Esos son los fundamentos del modelo educativo plural, laico, integrador y libre que defiendo y por los que lucho desde que tengo uso de razón.
JOSÉ JULIO SEVILLA BONILLA..
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